lunes, 7 de julio de 2014

Roma


Dedos frágiles tocando el harpa

Plumas acariciando natura

A la vez que gruesos hombres miran.

A la vez que el tiempo pasa inalcanzable

En estas ruinas de mármol puro

Por entre las uvas y los manteles,

Viandas de todo tipo.

El satén envolviendo risas

Y algazaras de medianoche

En la tranquilidad del rostro

Se difumina el pecado y el mayor

Hombre de todos se regocija

Desconsolado por lo que ha de venir,

Que no es,  sino otra cosa.

 

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