Dedos frágiles tocando el harpa
Plumas acariciando natura
A la vez que gruesos hombres miran.
A la vez que el tiempo pasa inalcanzable
En estas ruinas de mármol puro
Por entre las uvas y los manteles,
Viandas de todo tipo.
El satén envolviendo risas
Y algazaras de medianoche
En la tranquilidad del rostro
Se difumina el pecado y el mayor
Hombre de todos se regocija
Desconsolado por lo que ha de venir,
Que no es, sino otra
cosa.
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