POESÍA MÓVIL
I
El estruendo de nuestras
soledades cesa al acordarnos,
el atasco dormita hasta el
sábado noche, cuando aúllan
a la luna sola en campos de
nadie los lobos, y pudo ser.
Una mano de distancia para
acariciar la miel del éxito más
rotundo,una zozobrante mano
tendida y exhumada
para otros tiempos
que sucumben a la mirada,
pero no fue.
(Es)
II
Me he parado a observar
una baranda y una escalinata
de tono claro, adornada. Vestido
de domingo extremo, mismo
color que la escena. Vestido
de sauce llorón, con bigote
y sombrero, he visto desde el
perfil de la baranda un paisaje
francés. Dormido y acontecido
en sueños. Una mueca que me
ha desvelado. Pero no tanto
como creía.
(H)
La paráfrasis del día a día cabe en la memoria del teléfono, a veces, también en nuestros cuerpos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario